Todos tienen una historia única de vida que compartir, pero inicialmente Abelina atravesó muchas dificultades y sufrimientos.
Abelina creció con ayuda de sus abuelos maternos viviendo en una zona rural en extrema pobreza hasta los 13 años. Ella no experimento la vida normal de una niña rodeada por el calor de una mama o papa.
A los 14 años de edad comenzó a trabajar en los campos de la pisca de la fresa en NC mientras cumplía 5 meses de embarazo para poder sobrevivir en un hogar altamente violento e infestado de alcohol y drogas por parte de su padre biológico. Su padre la abuso física, emocional, verbal y sexualmente con regularidad. Los traumas personales, las amenazas constantes de muerte, la vergüenza, el rechazo, la soledad y las condiciones violentas que Abelina identificaba como hogar es lo único que ella conocía.
Consecuentemente salió embarazada a los 15 años de edad de su segunda hija Miriam Elisabeth después de 2 abortos previos y quedó indigente.
Abelina creció con la ayuda de la beneficencia social, sola, sufriendo el rechazo de su madre y sus hermanos por la vergüenza que esto representaba en la familia.
Sin embargo, en lugar de aceptar lo que la vida había escrito para ella hasta el momento, Abelina reescribió su propia historia, capítulo por capítulo y para la edad de 20 años, con arduo trabajo y dedicación, ella se había abierto paso en la industria de restaurantes, de ser cajera a ser gerente, posteriormente culminando sus estudios de High School y tomando cursos intensivos en sus tiempos extras, se capacito para especializarse en la industria banquera.
%201.svg)
